sábado, 12 de mayo de 2007

Y... ¿por qué?

¿Por qué un blog sobre Egipto?

Mmmmm, quizá la pregunta más adecuada sería ¿por qué he esperado tanto para hacerlo?

Tengo muy claro que no se apenas nada sobre el tema, mis conocimientos son tan solo un grano de arena, insignificante en comparación con el desierto... pero aún así mi vida, desde hace muchos años, ha estado ligada a este país, a esta cultura, y era hora de tratar de plasmar mis ideas en un "papel".
Por hoy, lo dejaremos en algo sencillo, en algo que ni siquiera he escrito yo pero que por alguna razón me pareció perfecto para poner como bienvenida... Lo escribió Louis Hamon en su relato "Estudio del destino":

"...¿No son realmente dignos de admiración aquellos que construyeron estos monumentos maravillosos para que perduraran a través de los siglos como testigos de su gloria mundana y de sus grandes proezas, buscando guardar en la muerte las manos que imperiosamente sostuvieron un cetro, las cabezas que rigieron sus destinos y los cuerpos que reverenciaron, contra los estragos crueles del tiempo, los envolvieran en vendas de lino y los embalsamaran con aromas, con la esperanza de que por lo menos sus cuerpos pudieran perdurar, ya que no podían vivir eternamente?

Y sin embargo, qué vanidad de los mortales al luchar para enfrentarse con lo inevitable: la ley del destino. No pueden evitar que los muertos se pudran, ni que sus templos se derrumben, ni que sus dinastías sean devastadas por usurpadores. Qué extraño y humillante es el que los que vivimos esta era hayamos aprendido tan poco de las lecciones del pasado. Sus religiones están muertas; sus ídolos rotos y sus templos devastados son sólo monumentos a la locura. No obstante, nosotros con nuestra civilización jactanciosa, con nuestros credos y cristianismo, nos consumimos por una vanidad que me pregunto si no es mayor que la de ellos. Ya no hacemos dioses de piedra, pero hacemos otros menos tangibles: dioses de las ideas, dioses de las teorías, dioses que no dejan ninguna ruina visible, excepto en los corazones traicionados de aquellos que alguna vez fueron creyentes. Nuestras diferentes religiones han construido templos, es verdad, pero no como los templos de creencias pasadas. Ya no tenemos tiempo de cincelar en nuestros templos la historia de nuestra era, y valoramos su gloria en la riqueza de sus ingresos. Ya no hacemos sacrificios sangrientos, pero en nuestra rivalidad egoísta y ambiciosa nuestros caminos están inundados por sacrificios más terribles. Sustituimos nuestras creencias por hechos tangibles, que torturan, que encadenan y embotan nuestra conciencia, que nos hacen esclavos del egoísmo de algún dios humano, que a fin de cuentas cambia y nos deja destruidos y perdidos con nuestra desilusión.


Nosotros mismos nos colocamos en un pináculo y soñamos que vemos todo porque no vemos nada. Creemos controlar, cuando en realidad somos nosotros los controlados, sirvientes que obedecemos sin saber siquiera el significado de la obediencia..."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cómo no,un comienzo perfecto.
Sí, la verdad es que es extraño que hayas tardado tanto en escribir sobre todo esto que, todos sabemos, tanto te apasiona. Estoy contenta :) de que te hayas decidido.

Muuuuuuuuuuuuuack!

T'estimo!!

PD: recuerda en nuestra luna de miel a Egipto, aunque no me acuerdo en cual de las 3 lunas de miel era cuando íbamos a egipto xDDD